Nos enviamos los archivos de excel con nuestras listas de figuritas faltantes, y se determinó un intercambio bastante caudaloso (10 o 12 a esa altura eran muchas, dado que me faltaban alrededor de 50 nomás).Me propuso juntarnos en Santa Fé y Pueyrredón a las 12 50. Le pregunté si podía a la 1 y me dijo que no, tenía que ser a las 12 50.
Llegué a la esquina donde está la Clínica Suizo-Argentina unos minutos temprano. Até la bicicleta a un poste y me quedé esperando a Fernando, dando pequeños rodeos y con las figuritas en la mano, y bien a la vista de los transeúntes, para ser reconocido fácilmente por el socio del momento.
A las 12 50 exactas se apersonó el hombre: medio gordito, vestido con campera de jean, de cabeza con primeros signos de calvicie y cara bonachona. Un tipo muy simpático, Fernando; me contó que, a diferencia del resto de las personas con las que he intercambiado, él también las junta por placer personal y que ya tiene varias colecciones de figuritas históricas completas. Sin embargo tenía una excentricidad: no compra álbumes. Es decir, se puede decir que "llena un álbum" pero nunca pegó una figurita en uno de ellos. Por el contrario, guarda colecciones enteras de cromos en cajas de zapatos.
El otro dato que me llamó poderosamente la atención fue que la razón de la precisión rigurosa del horario (12 50) se debía a que 10 minutos después su mujer sería sometida a una ecografía. La razón: ¡Tenían fecha para tener su primer hijo al día siguiente! Me pregunté qué carajo hacía el amigo cambiando figuritas el día anterior a ser papá por primera vez. Son misterios inherentes a una edad a la que no pertenezco y que decididamente no me concierne.
Conversamos unos minutos. Le comenté que en Ciudad de la Paz y Monroe hay un polo de intercambio muy interesante, él me recomendó un kiosco por Las Cañitas donde la vieja que atiende cambia figuritas, pero en general sólo a los chicos. Prometí chequearlo (sabiendo que nunca lo haría). Finalmente nos despedimos y le deseé suerte tanto para llenar el álbum (en sentido metafórico, porque Fernando no lo tiene) como para su experiencia como padre.