jueves, 15 de abril de 2010

The Robber

2010, Der Räuber, Benjamin Heisenberg.
The Robber es una película placentera a la vista, pero disgustante al cerebro (decir "al alma" queda mejor, pero atenta contra mis preceptos ideológicos). Narra la historia (verídica) de un maratonista ladrón de bancos compulsivo. El film comienza con el fin de su cautiverio carcelario, que aprovechó para entrenarse, y el comienzo de su nueva vida. Resulta ser la revelación del atletismo austríaco, ganando la maratón de Viena, pero continúa con sus andanzas, de las que suele salir ileso gracias a su astucia y a su capacidad física.
Si bien tiene planos y secuencias verdaderamente bellos, en especial en los que corre (sobre todo el de la maratón de montaña en el que se ven a los corredores de noche con lucecitas en la cabeza fuera de foco), pero el relato en sí es ultra convencional y banal.
En principio, se presenta a un personaje inexpresivo e inexplicable en sus acciones, típico de lo que en la facultad me enseñaron que es es "cine moderno" (también me enseñaron que este tipo de carácter más fiel a la realidad, cosa que me cuesta creer) que se inserta en un relato clásico del criminal que muere en su ley, y se arrepiente al final, con lágrimas incluidas. De hecho, el final es lo que más me molesta, porque resulta mojigato y moralizante, planteando un arrepentimiento en disonancia con la construcción previa del personaje (insensible y desinteresado, sobre todo en lo que a cuestiones éticas respecta).
Esto es algo que me pasa con muchas pelis: no entiendo cuál es la necesidad de que siempre gane el bien (encarnado en la policía, obvio). Es como si el film intentara transgredir alguna norma del canon, pero al final se asustara y pusiera todo en su lugar. El que se arrepiente no es sólo el personaje, es la película entera, que no se anima a llegar hasta el final de sus posibilidades (que a medida que avanza el relata, se van estrechando).
De todos modos, queda como anécdota el hecho de que la puntué como "buena" para el Premio del Público. Mis amigos me preguntaron porqué, mi respuesta: "por lo menos me entretuvo, algo es algo".

2 comentarios:

  1. En principio, se presenta a un personaje inexpresivo e inexplicable en sus acciones, típico de lo que en la facultad me enseñaron que es el "cine moderno"


    posta, ese Kaufman de ENA es un hijo de puta, es buena onda todo lo que quieras, pero es el responsable del encasillamiento conceptual de toda la carrera

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  2. Hola compañerito de banco!
    A mi me pareció que el final fue tiempo desgastado... lo fue estirando y no concuerdo que haya sido demasiado agradable a la vista.
    totalmente de acuerdo con vos que sus acciones son inexpresivas e inexplicables.

    saludos

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