El lunes 15 de febrero a la tarde llegué a Buenos Aires en un bondi de la empresa Almirante Brown, luego de un viaje de 28 horas, aproximadamente. Tuve la suerte de que dicho locomóvil estuviera dotado de un azafato (debería decir flight attendant) munido de un interesante y variado stash de películas, lo cual me mantuvo entretenido durante gran parte del periplo. A continuación, la lista completa:
1) Tenacious D. in the Pick of Destiny (2006, Liam Lynch): poco puedo decir de ésta puesto que recién me desperté para ver el final. De todos modos, por lo que escuché de mis entrañables amigos, el tronco del film no varía mucho de lo que pude ver. Esto es, humor pueril y del palo, es decir, referente al porro. La famosa parodia de Capusotto (¡Está hablando del faso!) se adecua perfectamente. Lo único que genera esta basura es que algún espectador gilún diga: “¡Uh, cómo le cabió al diablo!” (sí, aparece el diablo personificado por Dave Grohl), o “¡Fa, cómo la está flashando el gordo!”, etc. No tengo nada contra las comedias vacías (como se verá más adelante), pero a esta, evidentemente, no se le cae una idea.
2) Scarface (1983, Brian de Palma): casualmente, ya había visto esta peli unas semanas antes, con el detalle de que la copia no me había permitido ver el minuto final. Esto me permitió concentrarme más en el esqueleto de la obra, así como también disfrutar de la inteligentísima puesta en escena y de cámara. No he tenido la chance de ver la original, de Howard Hawks, pero en la contrucción se ve un apelamiento a los recursos clásicos de suspense (como la bomba debajo del auto) o truquitos visuales como el viejo y querido zoom in-travel out. Supongo que el alto grado de refinamiento visual me hace perdonarle su visión fascista y yanqui sobre Cuba. Además, la actuación de Al Pacino, y su transformación paulatina en un loco paranoide y merquero es alucinante.
3) Hangover (2009, Todd Phillips): un gran halo de expectativa cubría esta película. Unos días atrás, una fuente bastante confiable nos había dicho que estefilm era el suceso del año en lo que a cine choto se refiere. Pero fue una decepción. Todos (yo y mis dos amigos) esperábamos más descontrol, es decir, algo parecido a “Pánico y locura en Las Vegas”; pero nos encontramos con una comedia con un tono demasiado soft y previsible. Lo poco que se puede rescatar es al personaje del barbudo moviéndole el brazo a un bebé como si se estuviera haciendo la paja (eso sí es irreverente) y la secuencia de los créditos, en la que se reconstruye toda la noche por medio de fotos. Además, siempre es un placer ver a Heather Graham. Pero fuera de eso, nada.
4) Million Dollar Baby (2004, Clint Eastwood): si bien siempre me gustó verlo a Clint como el tipo más duro y rápido del Oeste, le tengo bastante desconfianza como director (injustificada, puesto que la única peli que había visto de él, The Unforgiven, me había gustado mucho). Creo que esta peli debería haber sido lo que “Candilejas” fue para Chaplin, es decir, la caída de un mito. La aparición posterior de Gran Torino lo desmiente (puesto que vuelve a recurrir al viejo personaje del tipo duro, aunque cada vez más anciano). Pero eso no le quita a Million Dollar Baby el valor que se merece. En el film vemos a un Clint, mañoso, anciano y con una gran carga de culpa. Creo que lo que más me gusta es que no aprende ninguna lección, sino que, por lo contrario, decide superarse a sí mismo y todo le sale mal (Maggie, su entrenada, gana el campeonato mundial, pero a raíz de un golpe desleal, queda cuadripléjica). También está bien la preponderancia de la ley de los hombres, por sobre la de Dios, marcada en el acto final y decisivo de Clint. Creo que, en ese sentido, la peli es trágicamente realista.
5) Happy Gilmore (1996, Dennis Dugan): Sí, a esta altura, ya se fue todo al carajo. Humor pavote para recordar los bellos tiempos de la infancia tardía. Una fiesta.
Sí, Tenacious D es una mierda. Y creo que pueden existir películas buenas de este estilo, Pineapple Express por ejemplo. Que no es gran cosa pero no es la banalidad publicitaria al estilo Jack Black (gritando y haciendo caras de "yo soy rockero") de la que chorrea esta película
ResponderEliminarLas demas no vi ninguna
Sí, no vi Scarface.
Gracias por estar tan atento: acabo de revivir el blog, espero que no muera más. Nunca pensé que un constantinófilo como vos no haya visto Scarface!
ResponderEliminarpor fin le diste cuerda a la máquina.
ResponderEliminarsaludos contertulio!
¿Costantinófilo? ¡Jamás!
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