lunes, 15 de marzo de 2010

Revisión de guerras y cabras


Aparentemente, EEUU ya entró en la época en que se permiten las manifestaciones artísticas basadas en la guerra de Irak. Es decir, los artistas, por fin, están intentando pensar la guerra.The Hurt Locker (2008, Kathryn Bigelow) es una de estas obras, que hoy está en boca de todos, gracias al Oscar y al aclamado realismo que presenta. No hay que ser Einstein para ver que, detrás de su supuesta crítica a los "adictos a la guerra", la peli presenta una exaltación patriotera y belicista que existe desde que Yankilandia es Yankilandia. De hecho, la dedicatoria de Bigelow, al recibir el galardón, a "los muchachos de uniforme que nos protegen" no hace más que hundirla más en el fango de la industria cultural imperialista.

The Men Who Stare at Goats
(2009, Grant Heslov) se ubica, podría decirse, casi en las antípodas. En principio, porque cuenta con un registro tan lejano del realismo, que le evita todo tipo de pretensión documentalista falsa y culposa (como diría Mariano) y haga que uno la pueda ver sin odio. Además, porque la historia se atiene a lo que intenta criticar, que es el ejército norteamericano. Lo que hace de The Hurt Locker la película belicista que es, es la mostración de las maldades de los terroristas que, al fin y al cabo, justifican las acciones protectoras de los yankis.
The Men..., relata con ironía los vericuetos de un hippie (Jeff Bridges, cuándo no) que organiza en el ejército una división de soldados "jedis", para hacer el bien a la humanidad con actividades parapsíquicas. Sin duda, este oxímoron (ejército hippie) es la piedra angular sobre la que se basa el film, y la que le da los más altos vuelos cómicos (la tropa entera tripeando con LSD se lleva todos los premios). De todos modos, hasta ahí llega la peli. No es una crítica feroz al ejército yanki (y tampoco pretende serlo), es simplemente una comedia imposible que se burla -eso sí- de la estupidez de una estructura tan omnipotente y desatinada como es la de las fuerzas armadas del gran pais del norte.
En definitiva, ambas pelis toman posición con respecto a la guerra de Irak. Una nos dice que, si bien los soladados cometen excesos, tienen buenas intenciones y son necesarion para la Paz mundial. La otra, evita el comentario directo sobre la guerra en sí, pero se enfoca en lo absurdo de la organización militar. Veremos qué más le depara a este flamante revisionismo de la invasión militar de Irak.

1 comentario:

  1. Con the men who stare at goats queda demostrado que a veces no tomar posición directamente puede decir mucho más sobre, justamente, aquellos que no toman posición. Ver a Jeff Bridges con el pelo largo y barba vestido de militar habla más sobre Cameron y Bigelow que sobre Irak.

    saludos

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