domingo, 1 de agosto de 2010
Parte 4: Fernando
miércoles, 28 de julio de 2010
Parte 3: Adrián
Así fue que conocí un foro extraño, donde la gente arregla encuentros para intercambar figuritas. Su nombre: "Figuritas Panini Mundial Cambio" y a continuación "Reservado para niños de 5 a 15 años". Me pareció raro que niños de dichas edades pudieran comerciar eficazmente sus figus por este medio. No tardé en descubrir que en el foro conviven comentarios de niños y de sus padres. Por eso, no son raros los posts del tipo: "Hablé con tu papi y quedamos en juntarnos en X a cambiar. Te guardo la 202 -348 etc." Todo me parecía muy extraño, sobre todo la palabra "papi".
Lo primero que hice fue mandar a un mail a un tal Adrián, quien me pasó la lista de las que le faltaban en un excel. Yo no le mandé nada porque todavía me faltaban muchas, y concertamos un encuentro al día siguiente, viernes, a las 20 05 en Santa Fé y Billinghurst, esquina OSDE, cerca de nuestros trabajos.
Llegué corriendo, pues estaba retrasado. Allí me encontré con un hombre, pelado, de unos 40 años, vestido de oficinista tipo "casual" (probablemente trabaja en una compañía de seguros, pensé), quien me explicó que junta para su hijo de seis años que, como es muy chico, no tiene muchos compañeros con quién cambiar. Me encogí de hombros y le comenté que yo me autogestionaba.
El intercambio fue muy bueno: yo le di 19 y él a mí 12. Sin embargo, había siete de diferencia. En general, como en estos intercambios prima la "buena onda" (como más tarde descubrí), el sobrante se cambia por otras repetidas al azar. Como no estaba muy ducho en el tema (y se ve que Adrián lo entendió a juzgar por mi cara, cuando me hizo esa proposición), me terminó ofreciendo: "Hagamos así, te doy cuatro mangos y con eso te comprás dos paquetes y listo". Acto siguiente, sacó los dos billetes de su billetera y me los entregó ágilmente, como quien no quiere la cosa. "Esta es la sensación más parecida a ser un Taxi-Boy que voy a tener en mi vida", pensé. Y no me disgustó mucho: se sabe que el dinero extra siempre viene bien.
Nos separamos y quedamos en continuar nuestros encuentros (de hecho, consumamos cuatro más). Volví a mi casa feliz, con varias figus nuevas, dos paquetes más y el vuelto de cincuenta centavos.
(Crónicas de un coleccionista: posts anteriores)
jueves, 22 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
Parte 2: Melisa
viernes, 16 de julio de 2010
Parte 1: Valentín
martes, 13 de julio de 2010
Crónicas de un coleccionista: Parte 0
lunes, 7 de junio de 2010
Las ventajas de ser argentino
domingo, 6 de junio de 2010
La escena más violenta en la historia del cine
domingo, 30 de mayo de 2010
El buen juego, siempre
jueves, 27 de mayo de 2010
Lost, ni más ni menos
domingo, 16 de mayo de 2010
Argentina abraza a Argentina
jueves, 29 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
Nuestro fútbol
Mucho se habla de la violencia que circunda al fútbol fuera del campo de juego (apriete de las barras a los jugadores, batallas campales, cuchillazos, asesinatos) pero siempre se habla de "grupos marginales", de que esos "no son los hinchas verdaderos". Cualquiera que vaya a la cancha sabe que la violencia está en todos los niveles sociales y geográficos de la fauna futbolera. La violencia no es sólo cagarse a trompadas, sino también está en el plateísta que putea a los jugadores o hace la famosa seña del dedo en el culo hacia la hinchada rival.
Y también la violencia está en el campo de juego. Ya nos acostumbramos a que en el ámbito del fútbol estén permitidos todo tipo de manifestaciones racistas, xenófobas y homofóbicas, y los jugadores no las eluden. Hoy los jugadores son unos fachos, vigilantes (nunca escapan a la posibilidad de pedir amarilla al contrario), mentirosos (simulan, exageran, reclaman) y ventajeros (hacen tiempo, esconden la pelota en el córner). Rompen con cualquier tipo de código de convivencia social, pero se sustentan en un viejo mito de que "en la cancha vale todo".
La violencia nunca es un hecho aislado, hay un sistema cultural que lo sostiene, y no sólo la complicidad de la policía, que no es más que una barra como cualquier otra.
jueves, 15 de abril de 2010
The Robber
lunes, 5 de abril de 2010
Avisos fúnebres
domingo, 4 de abril de 2010
Meando fuera del tarro
viernes, 2 de abril de 2010
Avanti!
jueves, 1 de abril de 2010
Replanteo
miércoles, 31 de marzo de 2010
Persistencia
Se acerca el BAFICI, la fiesta del cine independiente no tan independiente (por lo menos en su mayoría). Debo admitir, que mi relación con este monumental festival es histérica y cambiante. He tenido años (como el pasado) en que fui a ver miles de películas, y otros (como el anterior) en que no vi ninguna. Esto se debe, fundamentalmente, a que me sucede algo similar a lo que comenté previamente con el espectáculo futbolístico: generalmente voy con todas las esperanzas, y me suelo comer bodrios fulminantes.
Cosa rara, porque siempre que comento del festival con mis amigos, recibo comentarios tipo: "¡No sabés las pelis que estuve viendo!", o "Vi una de un director de las Islas Faroe, Sigismund Bjornson Tornbikildsenner, que la rompe". No sé si es una cuestión de mala suerte (o desinformación) de mi parte, o un inflamiento por parte de mis pares. Tengo la sospecha de que es una mezcla de las dos. Admitámoslo, como sabemos que nadie debe haber visto ese embole desconocidísimo que fui a ver, podemos decir todo lo que queramos. Y a nadie le gusta andar admitiendo que anduvo perdiendo valiosas horas en experiencias inútiles y vacías.
martes, 30 de marzo de 2010
Encuentro
viernes, 19 de marzo de 2010
Dilema de fútbol
miércoles, 17 de marzo de 2010
Retracción
lunes, 15 de marzo de 2010
Revisión de guerras y cabras
The Men Who Stare at Goats (2009, Grant Heslov) se ubica, podría decirse, casi en las antípodas. En principio, porque cuenta con un registro tan lejano del realismo, que le evita todo tipo de pretensión documentalista falsa y culposa (como diría Mariano) y haga que uno la pueda ver sin odio. Además, porque la historia se atiene a lo que intenta criticar, que es el ejército norteamericano. Lo que hace de The Hurt Locker la película belicista que es, es la mostración de las maldades de los terroristas que, al fin y al cabo, justifican las acciones protectoras de los yankis.
domingo, 14 de marzo de 2010
domingo, 7 de marzo de 2010
Los Oscar: La fiesta de todos
jueves, 4 de marzo de 2010
Un héroe de nuestros tiempos
martes, 2 de marzo de 2010
El viaje de vuelta
El lunes 15 de febrero a la tarde llegué a Buenos Aires en un bondi de la empresa Almirante Brown, luego de un viaje de 28 horas, aproximadamente. Tuve la suerte de que dicho locomóvil estuviera dotado de un azafato (debería decir flight attendant) munido de un interesante y variado stash de películas, lo cual me mantuvo entretenido durante gran parte del periplo. A continuación, la lista completa:
1) Tenacious D. in the Pick of Destiny (2006, Liam Lynch): poco puedo decir de ésta puesto que recién me desperté para ver el final. De todos modos, por lo que escuché de mis entrañables amigos, el tronco del film no varía mucho de lo que pude ver. Esto es, humor pueril y del palo, es decir, referente al porro. La famosa parodia de Capusotto (¡Está hablando del faso!) se adecua perfectamente. Lo único que genera esta basura es que algún espectador gilún diga: “¡Uh, cómo le cabió al diablo!” (sí, aparece el diablo personificado por Dave Grohl), o “¡Fa, cómo la está flashando el gordo!”, etc. No tengo nada contra las comedias vacías (como se verá más adelante), pero a esta, evidentemente, no se le cae una idea.
2) Scarface (1983, Brian de Palma): casualmente, ya había visto esta peli unas semanas antes, con el detalle de que la copia no me había permitido ver el minuto final. Esto me permitió concentrarme más en el esqueleto de la obra, así como también disfrutar de la inteligentísima puesta en escena y de cámara. No he tenido la chance de ver la original, de Howard Hawks, pero en la contrucción se ve un apelamiento a los recursos clásicos de suspense (como la bomba debajo del auto) o truquitos visuales como el viejo y querido zoom in-travel out. Supongo que el alto grado de refinamiento visual me hace perdonarle su visión fascista y yanqui sobre Cuba. Además, la actuación de Al Pacino, y su transformación paulatina en un loco paranoide y merquero es alucinante.
3) Hangover (2009, Todd Phillips): un gran halo de expectativa cubría esta película. Unos días atrás, una fuente bastante confiable nos había dicho que estefilm era el suceso del año en lo que a cine choto se refiere. Pero fue una decepción. Todos (yo y mis dos amigos) esperábamos más descontrol, es decir, algo parecido a “Pánico y locura en Las Vegas”; pero nos encontramos con una comedia con un tono demasiado soft y previsible. Lo poco que se puede rescatar es al personaje del barbudo moviéndole el brazo a un bebé como si se estuviera haciendo la paja (eso sí es irreverente) y la secuencia de los créditos, en la que se reconstruye toda la noche por medio de fotos. Además, siempre es un placer ver a Heather Graham. Pero fuera de eso, nada.
4) Million Dollar Baby (2004, Clint Eastwood): si bien siempre me gustó verlo a Clint como el tipo más duro y rápido del Oeste, le tengo bastante desconfianza como director (injustificada, puesto que la única peli que había visto de él, The Unforgiven, me había gustado mucho). Creo que esta peli debería haber sido lo que “Candilejas” fue para Chaplin, es decir, la caída de un mito. La aparición posterior de Gran Torino lo desmiente (puesto que vuelve a recurrir al viejo personaje del tipo duro, aunque cada vez más anciano). Pero eso no le quita a Million Dollar Baby el valor que se merece. En el film vemos a un Clint, mañoso, anciano y con una gran carga de culpa. Creo que lo que más me gusta es que no aprende ninguna lección, sino que, por lo contrario, decide superarse a sí mismo y todo le sale mal (Maggie, su entrenada, gana el campeonato mundial, pero a raíz de un golpe desleal, queda cuadripléjica). También está bien la preponderancia de la ley de los hombres, por sobre la de Dios, marcada en el acto final y decisivo de Clint. Creo que, en ese sentido, la peli es trágicamente realista.
5) Happy Gilmore (1996, Dennis Dugan): Sí, a esta altura, ya se fue todo al carajo. Humor pavote para recordar los bellos tiempos de la infancia tardía. Una fiesta.
miércoles, 6 de enero de 2010
El comienzo de otra cosa
Dejo de lado el blog que me vio crecer y emprendo este nuevo proyecto, ya completamente desprovisto de lo concerniente a mi actividad curricular de Diseño en la FADU.